Blow Up (1966)



Blow Up
Film de Michelangelo Antonioni
Cuento Las babas del diablo de Julio Cortázar

Roberto Michel, franco–chileno, traductor y fotógrafo aficionado a sus horas, salió del número 11 de la rue Monsieur–le–Prince el domingo siete de noviembre del año en curso (ahora pasan dos más pequeñas, con los bordes plateados). Llevaba tres semanas trabajando en la versión al francés del tratado sobre recusaciones y recursos de José Norberto Allende, profesor en la Universidad de Santiago. Es raro que haya viento en París, y mucho menos un viento que en las esquinas se arremolinaba y subía castigando las viejas persianas de madera tras de las cuales sorprendidas señoras comentaban de diversas maneras la inestabilidad del tiempo en estos últimos años. Pero el sol estaba también ahí, cabalgando el viento y amigo de los gatos, por lo cual nada me impediría dar una vuelta por los muelles del Sena y sacar unas fotos de la Conserjería y la Sainte–Chapelle. Eran apenas las diez, y calculé que hacia las once tendría buena luz, la mejor posible en otoño; para perder tiempo derivé hasta la isla Saint–Louis y me puse a andar por el Quai d'Anjou, miré un rato el hotel de Lauzun, me recité unos fragmentos de Apollinaire que siempre me vienen a la cabeza cuando paso delante del hotel de Lauzun (y eso que debería acordarme de otro poeta, pero Michel es un porfiado), y cuando de golpe cesó el viento y el sol se puso por lo menos dos veces más grande (quiero decir más tibio pero en realidad es lo mismo), me senté en el parapeto y me sentí terriblemente feliz en la mañana del domingo.
Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros. No se trata de estar acechando la mentira como cualquier repórter, y atrapar la estúpida silueta del personajón que sale del número 10 de Downing Street, pero de todas maneras cuando se anda con la cámara hay como el deber de estar atento, de no perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra, o la carrera trenzas al aire de una chiquilla que vuelve con un pan o una botella de leche. Michel sabía que el fotógrafo opera siempre como una permutación de su manera personal de ver el mundo por otra que la cámara le impone insidiosa (ahora pasa una gran nube casi negra), pero no desconfiaba, sabedor de que le bastaba salir sin la Contax para recuperar el tono distraído, la visión sin encuadre, la luz sin diafragma ni 1/250. Ahora mismo (qué palabra, ahora, qué estúpida mentira) podía quedarme sentado en el pretil sobre el río, mirando pasar las pinazas negras y rojas, sin que se me ocurriera pensar fotográficamente las escenas, nada más que dejándome ir en el dejarse ir de las cosas, corriendo inmóvil con el tiempo. Y ya no soplaba viento.

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Blow Up / Michelangelo Antonioni


TÍTULO ORIGINAL
Blow-Up (Blowup)
AÑO
1966
DURACIÓN
108 min.
PAÍS
Reino Unido
DIRECTOR
Michelangelo Antonioni
GUIÓN
Tonino Guerra & Michelangelo Antonioni (Cuento: Julio Cortázar)
MÚSICA
Herbert Hancock (AKA Herbie Hancock)
FOTOGRAFÍA
Carlo Di Palma
REPARTO
David Hemmings, Vanessa Redgrave, Sarah Miles, Peter Bowles, Jane Birkin, Gillian Hills, Verushka
PRODUCTORA
Bridge Films. Distribuida por MGM
GÉNERO Y CRÍTICA
1967: Cannes: Palma de Oro / Drama. Intriga / Adaptación de un cuento de Julio Cortázar que narra la historia de un fotógrafo que, tras realizar unas tomas en un parque londinense, descubre al revelarlas una forma irreconocible que resulta ser un cadáver. Una de las películas más aclamadas de Antonioni, premiada en el Festival de Cannes con la prestigiosa Palma de Oro. (Filmaffinity)



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